Más de la mitad de prescripciones de gabapentinoides no está justificad
En el documento se analiza el tratamiento con gabapentinoides en 9.778 pacientes durante 2020 en Navarra. En más de la mitad de los casos (56 %) las prescripciones eran para indicaciones no autorizadas. Además, el 60 % de los pacientes también recibía al menos un depresor del sistema nervioso central, el 33 % algún opiáceo, el 20 % opiáceos combinados con depresores y el 4 % algún antihistamínico.Precisamente, muchos de los casos documentados de muertes por gabapentinoides en otros estudios se deben al uso concomitante con opiáceos, con el que existe mayor riesgo de mal uso o abuso de los primeros. Por otro lado, la prescripción combinada de depresores del sistema nervioso central y de gabapentinoides también aumenta el riesgo de depresión respiratoria en los pacientes. Sin embargo, en el estudio navarro se muestra una alta prevalencia de esta combinación. Otro hallazgo llamativo del estudio fue que la mitad de los pacientes que recibían gabapentinoides para indicaciones no autorizadas eran mayores de 65 años.Ante estos datos, los autores sostienen que "es necesario implementar una estrategia de desprescripción de gabapentinoides para adecuar su uso y disminuir los problemas de seguridad". Amaya Echeverría Gorriti, farmacéutica del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra y autora del estudio, explica a Univadis España cómo podría llevarse a cabo: "Con los sistemas de información de los que disponemos actualmente, podría plantearse una estrategia de desprescripción poblacional. Por ejemplo, teniendo en cuenta los conocidos factores de riesgo para depresión respiratoria que hacen que no sea adecuado el uso de gabapentinoides, es posible enviar propuestas de deprescripción de manera automatizada a todos los pacientes que cumplan dichos criterios. Es importante y deseable que este tipo de estrategias vayan acompañadas de formación/información para el personal sanitario e incluso para los pacientes, ya que en ocasiones es el propio paciente el más reticente a la retirada de los fármacos".Abel Novoa, médico de Familia y coordinador del grupo de trabajo de Bioética de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), cree que las cifras de prescripción injustificada de gabapentinoides son probablemente "peores en el resto de España", ya que Navarra cuenta con una política de uso racional de medicamentos "bastante avanzada". El facultativo explica que hay un registro limitado de los efectos secundarios de estos medicamentos, por lo que se subestiman los problemas provocados por los gabapentinoides: "Desde las caídas de los pacientes hasta los problemas de depresión respiratoria, no los tenemos bien objetivados. Esto hace que sea un problema oculto, como pasa con muchos medicamentos".Echeverría señala que es importante “que cuando se va a prescribir un medicamento, en este caso gabapentina o pregabalina, se analice la indicación del mismo […]. Si tras haber evaluado esto consideramos que la prescripción es adecuada, entonces debemos revisar periódicamente si el medicamento está siendo efectivo y también comprobar que no está produciendo problemas de seguridad que inviertan el balance riesgo-beneficio. En el caso de los gabapentinoides, hay que tener en cuenta los factores de riesgo del paciente que hacen que la prescripción no sea adecuada: enfermedad pulmonar obstructiva crónica o asma, o tratamiento concomitante con depresores del sistema nervioso central".